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martes, 6 de septiembre de 2011

Cuando tú ya no haces falta.

Cuando tú ya no haces falta, cuando el cuerpo solito se levanta, te despiertas por la mañana a la misma hora de  siempre sin que nadie, ni nada te despierte, el cuerpo se acostumbra al horario de repente, sientes que te has hecho mayor, responsable, que el tiempo se escapa, y que casi no puedes atraparle. Corren tan deprisa la agujas del reloj, que quisieras  que parasen en algún momento, para darte tregua, y coger impulso, ya que a veces parece que no llegas. Corre reloj, corre, a tu ritmo sin parar, tu seguirás andando, nosotros no tardaremos en parar, el día que el cuerpo pare, diga ya esta.

1 comentario:

Alezhi dijo...

Muy cierta tu reflexión, muy linda manera de decir que un día colgaremos los tenis, lo malo es que casi nadie sabemos la hora en la que eso sucederá.