Vivimos en un mundo cada vez más asimétrico, cansados de una belleza clásica, estamos aburridos, pero en este aburrimiento nos vamos encontrando con aquello que se llama tolerancia, con aquello que nos hace más humanos.
Si la asimetría puede ser bella, todo aquello a lo que ponemos cariño, confianza, ilusión es bello, sea simétrico o asimétrico.
Todo merece ser amado en este mundo, y buscar la belleza esa que existe en cada lugar y en cada momento cubierta de ilusión y transformación constante a formas siempre en potencia de ser disfrutadas con su mayor esplendor con su punto de magia.
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