Cuando de repente aparece el tumulto de gente, que se apiña, que se arremolina, que grita, aparece eso que llamamos miedo, el miedo verdadero, el temor a lo inesperado, el desorden y la incertidumbre eso es el verdadero miedo.
En la antiguedad esto se producía con frecuencia en distintos lugares del planeta, era algo normal, y tras ello venia la calma, un sosiego y un montón de fuerzas poniendo orden a base de derramar sangre.
Hoy hemos logrado en muchos lugares del mundo, no llegar a estos extremos para calmar a la gente, y es la fuerza del dialogo.
Pero en muchos lugares sigue sucediendo lo mismo, ¿Interesa aún que esto suceda?, sabemos como no sucede y evitarlo, y no hacemos nada, ¿Que es lo que falla? ¿Intereses miserables? ¿Formación que no llega? ¿O somos malos por naturaleza? y como todas esas pamplinas que el origen no hay que perderlo, queremos conservar parte de la humanidad que siga embrutecida, para así disfrutar de lo que llaman diversidad, o quizás egoísmo y nada más.
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