Cuando te sientes muy pequeño, también te sientes culpable. Y es la culpa lo que te hace sentir tan poca cosa. Piensa que la culpa no es siempre toda tuya, todo y todos participamos en la culpa de todos. Dicen que mal de mucho consuelo de tontos, pero ayuda a sobrevivir, y a no seguir machacandote en vano. La culpa a de hacer su función, aprender del error, y olvidar el dolor. Empezar de nuevo, y saber donde no se debe volver a caer. Son marcas que llevamos grabadas y no se pueden borrar, y si las ponemos en orden ayudan siempre a no tropezar. Imágen vía web.
3 comentarios:
Nosotros somoe responsables de nuestro destino
saludos
El que no aprende de sus errores y sobre todo los olvida corre el riesgo de repetirlos.
Un gran abrazo
Muy buena reflexión, me encanta leer loque escribes.
Te deseo un muy feliz verano.
Publicar un comentario