Lo que no te mata, te hace más fuerte.
Madrid duele, pero no te mata si lo amas. Mueres cuando no lo vives, cuando no lo recuerdas, cuando prefieres ignorar que existe. Es su duende lo que hace mágico su color, su olor, su magestad, sin ello no es Madrid.
Y bajo el señor que mueve los hilos para que se levante gallarda, fuerte y esplendorosa.
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