Podemos matar de amor, de dolor, sin querer, y hasta queriendo cuando nos molesta un insecto. Cuando quitamos la vida a algo depende de sus dimensiones es más o menos grave. Parece una atrocidad, pero es asi, una ormiga tiene mucho menos valor que un gato. Pero los dos son seres vivos. Podemos matar las ganas de vivir, de ser feliz, de amar, pero a estas cosas no le damos importancia. Aunque hoy en dia cada vez sale más barato matar, los castigos son tan pequeños que hasta sale rentable hacerlo, pues ganar dinero con un suceso atrayente para el publico es facil. Da escalofrios pensar en lo que nos estamos convirtiendo por tal de entretener al personal, no hay escrupulos ni principios, lo unico que parece exitir, es las ganas de capitalizar todo. Con estas formas de actuar, nos acercamos cada vez más a la locura y la nada. Imagenes de Google.
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