Las personas públicas corren el peligro de ser decoradas por los grandes y los buitres siempre handan al acecho para no dejar rastro de la presa.
Las personas públicas de hoy son ingenuas o viven el momento que les toca con resignación, saben que no podrán crecer más.
El que vive aislado del ruido y tiene esa gran suerte de pasar sin ser visto, siempre alcanzará sabiduría que algún día plasmará para el bien de todas las personas.
Por ello ser anónimo es tan especial y escaso hoy en nuestras vidas, ¿Quien sabe si alguien lo logrará?
Como sucedió tantas veces por muchos en el pasado.
Imagen de internet.
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